No es nada místico, no es que hay personas que están tocadas por Dios y otros somos simples mortales. Todos venimos equipados con el mismo cerebro y estructuras capaces de convencer a nuestro cuerpo en base a la información sensorial de que hagamos cosas increíbles. En el episodio de esta semana hablamos del centro cerebral de la voluntad y de cómo podemos entrenarlo como si fuera otro músculo.