El relato de lo que vivieron las mujeres del campo de concentración de Ravensbrück, a 90 kms de Berlín, durante la II Guerra Mundial es estremecedor. La historiadora Fermina Cañaveras ha realizado un exhaustivo trabajo de documentación sobre la historia de estas mujeres convertidas en prostitutas y a las que se les tatuaba en el pecho FELD HURE (puta de campo en español). Se les sometió a las mayores vejaciones inimaginables, eran los premios para los capos y cuando se quedaban embarazadas eran víctimas de experimentos tanto ellas como los fetos y criaturas recién nacidas.
Las mujeres del campo fueron sometidas a aberraciones pseudocientíficas como inyectarles esperma de chimpancé para comprobar si podían procrear híbridos entre mujer y mono o meterles ratones en la vagina. Sufrían injertos óseos y se les extirpaban y reimplantaban partes del cuerpo para comprobar su recuperación.
Auténticas aberraciones reales que sufrieron, entre otras muchas, 400 mujeres españolas.
Las mujeres del campo fueron sometidas a aberraciones pseudocientíficas como inyectarles esperma de chimpancé para comprobar si podían procrear híbridos entre mujer y mono o meterles ratones en la vagina. Sufrían injertos óseos y se les extirpaban y reimplantaban partes del cuerpo para comprobar su recuperación.
Auténticas aberraciones reales que sufrieron, entre otras muchas, 400 mujeres españolas.