Siempre me han intrigado los virus. No es nada fácil definir la vida y precisamente los virus se encuentran en una zona intermedia entre lo que podemos considerar vida y lo que no. Grosso modo, podemos decir que un virus no es más que un trozo de código genético rodeado por una envoltura y que «tiene la misión» de replicarse, para lo cual necesita del mecanismo de una célula o bacteria, puesto que el virus en sí carece del aparato necesario para conseguir esa réplica de sí mismo. Por eso, para algunos, son la forma de vida más simple; pero para otros ni siquiera están dentro de lo que se consideraría una forma de vida.