En este momento otoñal y crepuscular del año siempre nos gusta hacer algo especial, oscuro y terrorífico. Si en nuestra primera temporada hacíamos una “Fiesta de Todos los Santos” con gran variedad de estilos, en la segunda nos marcábamos “Una de vampiros”. En la pasada vivíamos “Un Halloween noventero” y, este año, celebramos a base de proto-metal: esa mezcla de blues-rock pesado y psicodélico de finales de los 60 y principios de los 70, con su tendencia al misterio y el ocultismo, erizará el vello de los más valientes. Entra en Mi Camerino (si te atreves).