¿Has oído hablar de las zonas azules?
Las zonas azules son ciertos lugares del mundo donde la población tiene una esperanza de vida muy alta, superando sus habitantes los 100 años con mucha frecuencia. Las personas que viven en estas zonas tienden a vivir 10 años más que el resto de los habitantes de Europa y América.
Hay lugares en el mundo donde según las estadísticas la gente vive más, y no solo eso, sino que también las personas son más sanas y más felices. Curiosamente las personas centenarias se concentran en zonas concretas del planeta muy distantes entre sí, estos lugares han sido bautizados como zonas azules y es que no todas las áreas del planeta tienen las condiciones para convertirse en zonas donde vivir cien años.
Entre esos lugares privilegiados están Cerdeña en Italia, Icaria en Grecia, Loma Linda en California, Okinawa en Japón y Nicoya en Costa Rica. Tras un exhaustivo estudio de las poblaciones en las que se detectó que había más personas que sobrepasaban los cien años, los investigadores han concluido que existen varias características comunes a todas ellas.
En primer lugar se destaca que las personas más longevas del mundo no hacen pesas, ni corren maratones, ni se apuntan al gimnasio. Sin embargo, el entorno en el que viven les invita a moverse sin pensar en ello, cultivan huertos y no utilizan herramientas mecánicas para el trabajo de la casa y el jardín.
Otro de los elementos distintivos de estas zonas es que sus habitantes tienen un propósito, es decir, una razón para levantarse cada mañana. Los habitantes de Okinawa lo llaman Ikigai.
En el estudio se destaca la importancia del manejo del estrés, la población que habita en las llamadas zonas azules utiliza herramientas para evitar las presiones del día a día, entre ellas se encuentran la oración, la siesta, o incluso, la práctica de los okinawenses de tomarse un tiempo diariamente para recordar a sus ancestros.
En cuanto a la alimentación parece que no es conveniente comer hasta sentir nuestro estómago lleno, los centenarios nos recomiendan quedarnos siempre con un poquito de hambre, cenar pronto y de forma ligera y no comer nada más hasta el día siguiente. La piedra angular de la alimentación en las zonas azules es una dieta basada en plantas, muchas legumbres y muy poca carne, también incluyen alcohol de baja graduación de forma regular y moderada.
El estudio también determina que la adherencia a una fe o religión puede suponer una ayuda a la hora de conseguir una larga vida.
La familia es el eje principal de las sociedades longevas, mantener a padres y abuelos en la misma casa o cerca, disminuye las tasas de enfermedad y mortalidad de los miembros de la familia.
Asimismo, concluyen que tener un compañero de vida añade hasta tres años a tu tiempo en la Tierra.
Otro aspecto curioso del estudio es que estar en la tribu adecuada puede ayudarnos a conseguir el objetivo, pertenecer a círculos sociales en los que se apoyen y promuevan comportamientos sanos, ya que parece que algunos comportamientos son contagiosos, por ejemplo la adicción al tabaco y la obesidad pero también la felicidad.. Los okaniwenses, por ejemplo, tienen los moais que son grupos de cinco amigos que se comprometen entre ellos para respaldarse en todo momento.
Nuestro lugar soñado debe tener entre otras cosas, un clima amable, una naturaleza fértil, alimentos sanos y sabrosos al alcance de la mano, la posibilidad de vivir bien en cualquier etapa de la vida: que los jóvenes sean educados con dedicación, que los viejos sean cuidados con amor. Pero además que reine la paz y la tolerancia sin tensiones cotidianas, donde se viva en comunidad y en dónde la cooperación sea la norma.
¿Conoces algún lugar que cumpla todas estas características? ¿Te gustaría vivir en una zona azul?
Las zonas azules son ciertos lugares del mundo donde la población tiene una esperanza de vida muy alta, superando sus habitantes los 100 años con mucha frecuencia. Las personas que viven en estas zonas tienden a vivir 10 años más que el resto de los habitantes de Europa y América.
Hay lugares en el mundo donde según las estadísticas la gente vive más, y no solo eso, sino que también las personas son más sanas y más felices. Curiosamente las personas centenarias se concentran en zonas concretas del planeta muy distantes entre sí, estos lugares han sido bautizados como zonas azules y es que no todas las áreas del planeta tienen las condiciones para convertirse en zonas donde vivir cien años.
Entre esos lugares privilegiados están Cerdeña en Italia, Icaria en Grecia, Loma Linda en California, Okinawa en Japón y Nicoya en Costa Rica. Tras un exhaustivo estudio de las poblaciones en las que se detectó que había más personas que sobrepasaban los cien años, los investigadores han concluido que existen varias características comunes a todas ellas.
En primer lugar se destaca que las personas más longevas del mundo no hacen pesas, ni corren maratones, ni se apuntan al gimnasio. Sin embargo, el entorno en el que viven les invita a moverse sin pensar en ello, cultivan huertos y no utilizan herramientas mecánicas para el trabajo de la casa y el jardín.
Otro de los elementos distintivos de estas zonas es que sus habitantes tienen un propósito, es decir, una razón para levantarse cada mañana. Los habitantes de Okinawa lo llaman Ikigai.
En el estudio se destaca la importancia del manejo del estrés, la población que habita en las llamadas zonas azules utiliza herramientas para evitar las presiones del día a día, entre ellas se encuentran la oración, la siesta, o incluso, la práctica de los okinawenses de tomarse un tiempo diariamente para recordar a sus ancestros.
En cuanto a la alimentación parece que no es conveniente comer hasta sentir nuestro estómago lleno, los centenarios nos recomiendan quedarnos siempre con un poquito de hambre, cenar pronto y de forma ligera y no comer nada más hasta el día siguiente. La piedra angular de la alimentación en las zonas azules es una dieta basada en plantas, muchas legumbres y muy poca carne, también incluyen alcohol de baja graduación de forma regular y moderada.
El estudio también determina que la adherencia a una fe o religión puede suponer una ayuda a la hora de conseguir una larga vida.
La familia es el eje principal de las sociedades longevas, mantener a padres y abuelos en la misma casa o cerca, disminuye las tasas de enfermedad y mortalidad de los miembros de la familia.
Asimismo, concluyen que tener un compañero de vida añade hasta tres años a tu tiempo en la Tierra.
Otro aspecto curioso del estudio es que estar en la tribu adecuada puede ayudarnos a conseguir el objetivo, pertenecer a círculos sociales en los que se apoyen y promuevan comportamientos sanos, ya que parece que algunos comportamientos son contagiosos, por ejemplo la adicción al tabaco y la obesidad pero también la felicidad.. Los okaniwenses, por ejemplo, tienen los moais que son grupos de cinco amigos que se comprometen entre ellos para respaldarse en todo momento.
Nuestro lugar soñado debe tener entre otras cosas, un clima amable, una naturaleza fértil, alimentos sanos y sabrosos al alcance de la mano, la posibilidad de vivir bien en cualquier etapa de la vida: que los jóvenes sean educados con dedicación, que los viejos sean cuidados con amor. Pero además que reine la paz y la tolerancia sin tensiones cotidianas, donde se viva en comunidad y en dónde la cooperación sea la norma.
¿Conoces algún lugar que cumpla todas estas características? ¿Te gustaría vivir en una zona azul?