Durante más de 20 años las predicciones climáticas se han ido quedando cortas, superadas con creces por la realidad. Visto así ¿hemos estado poniendo paños calientes sobre este asunto? Los informes del IPCC se han enfocado con rigor en un planteamiento probabilístico de los daños. Pero cuando los impactos son tan brutales, ¿es práctico jugar a los dados o evitar entrar en un juego que solo podemos perder?
Autor: Ángel Silvente
Edición: Angi Carpio