Los Juegos Olímpicos modernos no nacieron en Atenas, sino en París, la ciudad que los acogerá de nuevo en 2024. Ciento cuarenta años después de que el Barón de Coubertain expusiera en la Sorbona su idea de unas nuevas olimpiadas, y un siglo después de que la capital francesa celebrara los juegos inmortalizados en la icónica película 'Carros de Fuego', la ciudad del Sena se dispone a servir de escenario para el mega-evento televisivo por excelencia.
Los juegos nacieron para unir a las naciones, pero las naciones se apropiaron de los Juegos Olímpicos para expandir sus rivalidad al ámbito deportivo. Las ceremonias de apertura inauguraban otros escenarios de batallas geopolíticas. Sobre todo durante la Guerra Fría. Aunque antes ya tuvimos los polémicos juegos de Berlín 36, donde la exacerbación nacional fue elevada a la máxima potencia de la mano de Leni Riefenstahl, aplicando las técnicas de la propaganda de masas al servicio del poder.
Los veranos que hay Juegos Olímpicos nos han dejado imágenes que ya forman parte de nuestro imaginario colectivo: las panteras negras en México 68, el secuestro y asesinatos del equipo de Israel de Munich 72, o el boicot de USA en la entrega de medallas de baloncesto por supuesto favoritismo a la URSS en su 50 aniversario.
Para hablar de la geopolítica de los Juegos Olímpicos, contamos con la participación de tres expertos: Gabriel Colomé, senador socialista, profesor titular de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona y director de prensa de Ciclismo durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92; Gema Lobillo, profesora titular del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Málaga, especialista en comunicación deportiva; y Alejandro Merino, Director de Relaciones Externas y Protocolo en Consejo Superior de Deportes.
Presentado por Ángela González Montes y Francisco Seoane Pérez.
Los juegos nacieron para unir a las naciones, pero las naciones se apropiaron de los Juegos Olímpicos para expandir sus rivalidad al ámbito deportivo. Las ceremonias de apertura inauguraban otros escenarios de batallas geopolíticas. Sobre todo durante la Guerra Fría. Aunque antes ya tuvimos los polémicos juegos de Berlín 36, donde la exacerbación nacional fue elevada a la máxima potencia de la mano de Leni Riefenstahl, aplicando las técnicas de la propaganda de masas al servicio del poder.
Los veranos que hay Juegos Olímpicos nos han dejado imágenes que ya forman parte de nuestro imaginario colectivo: las panteras negras en México 68, el secuestro y asesinatos del equipo de Israel de Munich 72, o el boicot de USA en la entrega de medallas de baloncesto por supuesto favoritismo a la URSS en su 50 aniversario.
Para hablar de la geopolítica de los Juegos Olímpicos, contamos con la participación de tres expertos: Gabriel Colomé, senador socialista, profesor titular de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona y director de prensa de Ciclismo durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92; Gema Lobillo, profesora titular del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Málaga, especialista en comunicación deportiva; y Alejandro Merino, Director de Relaciones Externas y Protocolo en Consejo Superior de Deportes.
Presentado por Ángela González Montes y Francisco Seoane Pérez.