Mar 06 2025 2 mins 12
El pasado fin de semana, cerca de 10 toneladas de cocaína fueron incautadas en el puerto de Dunkerque, en el norte de Francia. Un puerto no conocido hasta ahora por ser una puerta de entrada para la droga.
Casi 10 toneladas de cocaína fueron incautadas en el puerto francés de Dunkerque, un récord para la Francia metropolitana. El último gran decomiso de droga en territorio francés fue en diciembre pasado, en Le Havre: dos toneladas de cocaína.
“Las organizaciones criminales utilizan diferentes alternativas”
Le Havre es uno de los puertos por donde tradicionalmente ingresa droga a Europa, al igual que Róterdam y Amberes. Dunkerque, en cambio, no formaba parte de ese grupo. Teniendo en cuenta este decomiso histórico, ¿es posible que las organizaciones criminales estén privilegiando Dunkerque como nueva puerta de entrada marítima de droga?
Para Carolina Sampó Espinosa, profesora de Criminología y Seguridad en la Universidad Camilo José Cela en Madrid, a veces es difícil interpretar las incautaciones: “Pueden responder a diferentes variables. Pueden responder a un mayor énfasis en el desempeño de las fuerzas policiales, del Estado, a mayor movimiento dentro de determinados puertos. ¿Qué quiero decir con esto? El que haya más incautaciones en puertos ‘secundarios’ o ‘no tradicionales’ no quiere decir que esté moviéndose menos drogas a través de los puertos tradicionales. O sea, lo que estamos viendo es que las organizaciones criminales utilizan diferentes alternativas que tienen a mano”, señala.
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“Hay que estar muy seguros a la hora de abrir un contenedor”
La especialista nos recuerda una de las características que hacen atractivo al puerto de Dunkerque para las organizaciones criminales: “Es el principal puerto francés de ingreso de frutas y de carbón. Y como sabemos, las frutas son uno de los mecanismos de esconder cocaína más utilizados por las organizaciones”.
Las casi diez toneladas de cocaína incautadas en Dunkerque venían ocultas, efectivamente, en contenedores, cuya vigilancia es muy difícil debido a los imperativos del comercio mundial.
“No se escanean más de entre 2 y 5% de los contenedores a nivel global, en todos los puertos del mundo. O sea, el comercio necesita que los contenedores se muevan rápido y lleguen rápido a destino. Además, los Estados, si revisan un contenedor y se equivocan y no hay aquello que se está buscando, tienen que pagar reparaciones. Entonces, realmente tienen que estar muy seguros a la hora de abrir un contenedor de que van a encontrar lo que están buscando”, detalla Carolina Sampó Espinosa.
El valor estimado de este cargamento es de 300 millones de euros antes de la venta al por menor, sobre la base de un precio medio al por mayor de 30.000 euros por kilo en Francia en 2024.