Mar 05 2025 28 mins 35
Hoy vemos la matriz de la rentabilidad del tiempo, una variación de la matriz de Eisenhower, centrada en el tiempo y el retorno de acciones de marketing.
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Ahora sí, vamos al lío. Todos conocemos la matriz de Eisenhower, que clasifica las tareas según su importancia y urgencia. Pero hoy vamos a ver una variación que utilizamos y que nos permite evaluar nuestras actividades desde una perspectiva de rentabilidad del tiempo.
En esta matriz, cruzamos dos variables: tiempo requerido (mucho o poco) y retorno generado (alto o bajo). Con esto, obtenemos cuatro cuadrantes que nos ayudan a decidir en qué enfocarnos y qué eliminar de nuestra rutina. Aquí tenemos el invento:
El primer cuadrante es el de alto retorno + poco tiempo, donde encontramos las tareas óptimas. Estas actividades requieren poco esfuerzo pero generan un gran impacto en nuestro negocio. Aquí entran acciones como cierto contenido viral, lanzar una muy buena oferta (tocando precio), o enviar un email de venta. Lo ideal es hacer más de esto, porque es donde obtenemos el mayor beneficio con el menor esfuerzo.
Luego tenemos el cuadrante de alto retorno + mucho tiempo, donde encontramos las tareas estratégicas. Estas actividades pueden generar grandes resultados, pero requieren un compromiso a largo plazo. Aquí entran cosas como desarrollar productos físicos o digitales, rediseñar la web, hacer networking, estudiar algo nuevo o escribir un libro. Para evitar que estas tareas se vuelvan eternas, es clave dividirlas en pasos más pequeños con fechas límite, buscar ayuda externa y encontrar formas de convertirlas en tareas más óptimas.
En el tercer cuadrante, encontramos bajo retorno + pocot tiempo, es decir, tareas marginales. Son actividades que no aportan demasiado valor, pero al menos no nos roban mucho tiempo. Aquí estarían cosas como, publicar en redes sin una estrategia clara o hacer pequeños ajustes en la web casi sin impacto. La mejor solución para estas tareas es automatizarlas completamente o darles más visibilidad para intentar convertirlas en tareas más rentables.
El peor cuadrante es el de bajo retorno + mucho tiempo, lo que llamamos las acciones trampa. Aquí caen actividades que consumen demasiado tiempo y generan muy poco beneficio. Ejemplos claros son reuniones sin propósito, trabajo manual repetitivo, emails infinitos, propuestas larguísimas para clientes que no llegan a nada, formación que nunca aplicamos o perfeccionar tareas que no necesitan perfección. La clave aquí es eliminarlas o reducir al máximo el tiempo que les dedicamos. Si una reunión puede ser un email, mejor que lo sea.
Pero ojo, porque hay tareas que pueden moverse de un cuadrante a otro con el tiempo. Por ejemplo, hacer test A/B puede empezar como "trampa" ya que requiere mucho tiempo (porque tenemos que aprender a hacerlo, encontrar el software, etc) y poco resultado (los primeros tests a/b), pero a medida que optimizamos el proceso, pasa a ser algo de poco tiempo y mucho resultado (óptimo). Y a medida que vamos optimizando nuestra web, podemos acabar en el cuadrante de acciones marginales, pues llegamos veremos retornos decrecientes, como suele ser habitual en estos casos.
Así pues, la clave para mejorar nuestras acciones de marketing, no es hacer más, sino enfocarnos en las que realmente aportan valor y eliminar (o modificar) las que no. Si conseguimos trasladar nuestras tareas de la trampa a lo estratégico, y de ahí a lo óptimo, estaremos optimizando nuestro tiempo de la mejor forma posible. :)
Como siempre, muchas gracias a todos por vuestras valoraciones de cinco estrellas en iTunes y Spotify, suscribiros a los cursos para emprendedores y por estar ahí, al otro lado. Sin vosotros esto no sería lo que es, sin vosotros esto simplemente… ¡No sería!
Nos escuchamos mañana con más marketing online. Como siempre, a las 07:07. Hasta entonces… ¡Muy buenos días!