Dios en nuestros tiempos de crisis


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Oct 20 2020 60 mins  
En este momento cuando el mundo está experimentando crisis, Dios nos está llamando. ¿Escucharemos? ¿Obedeceremos?

El primer paso es alejarnos de las actitudes arrogantes porque El hombre moderno ha actuado como si no tuviera necesidad de Dios. Se ha promovido que la ciencia y el conocimiento tienen todas las respuestas. Esta pandemia nos ha demostrado nuestra insuficiencia. Necesitamos que Dios traiga sanidad a nuestros cuerpos y a nuestra tierra. El primer paso es la humildad: el reconocimiento de nuestra propia insuficiencia, el reconocimiento de una total dependencia de Dios.

Dios nos está invitando a comunicarnos en oración con Él. Ahora es el momento de dedicarnos a la oración. Los líderes cristianos alrededor del mundo están pidiendo oración. Seguramente Dios está contento de que muchos de nosotros estamos hablando con Él. Es hora de discernir lo que Dios está diciendo. El rey David consultaba al Señor repetidamente y Dios le daba dirección. Ahora más que nunca necesitamos saber lo que Dios nos dice que hagamos. Él hablará pero para oír debemos escuchar con la intención de prestar atención a Sus palabras.

«Se vuelven de sus malos caminos …» (2 Crónicas. 7:14). La palabra para arrepentimiento en hebreo es tshuvá (תשובה) y literalmente significa «voltear». No es solo decir que lo sientes. Es dar un giro de 180 grados y quedar frente a Dios. Es dejar el pecado detrás de ti. Cuando Jesús (Yeshúa) le dijo a la mujer atrapada en adulterio «Vete; y desde ahora no peques más» (Juan 8:11), estoy segura de que esto es lo que estaba diciendo: arrepiéntete y no peques más.
SALMO 46

“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares” (vv.1–2). Estas son hermosas palabras de seguridad para tiempos de dificultades. El salmo continúa describiendo el problema, y suena notablemente como la angustia que las naciones están experimentando hoy. “Bramaron las naciones, se tambalearon los reinos; dio Él Su voz, y la tierra se derritió” (v. 6). El salmo termina con las palabras: “Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Selah” (vv. 10–11).

¿Está gritando Dios a las naciones con el megáfono del sufrimiento que describió C.S. Lewis? ¿Estarán las personas “quietas” en su soledad de distanciamiento social? ¿Buscaremos el rostro de Dios con humildad y arrepentimiento?

Dios hace muy claras Sus intenciones: Él está buscando ser exaltado en toda la tierra. Yo oro para que las naciones escuchen Su voz fuertemente.
¿QUÉ ESTÁ DICIENDO DIOS?

Dios está tratando de llamar nuestra atención. Los tres pasajes de las Escrituras anteriores enfatizan la gloria de Dios y la necesidad de reconocerlo y exaltarlo. Tomemos este tiempo para humillarnos ante Él, buscarlo, estar quieto en Su presencia, arrepentirnos y apartarnos de nuestro pecado. Según 2 Crónicas 7:14, estos son los requisitos previos para que Dios sane nuestra tierra.

El corazón de Dios anhela que las naciones sepan que Él es Dios. Las semillas de la fe pueden ser enterradas bajo corazones secos y desérticos, pero permanecen. Que la incomodidad de nuestro tiempo sea como las lluvias de invierno que hicieron florecer el desierto. Que brote la fe en Dios. Que Él sea conocido en toda la tierra. El profeta Habacuc dijo: «Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar« (Hab. 2:14).