Créeme lo que te digo.

Debo ser tonto de capirote pero a mi edad es posible que no tenga remedio.
Lo que te voy a ofrecer en este capítulo no se le ocurre ni al que asó la manteca por eso te digo que debo ser burro, burro.
Y si no, dime, qué formador en su sano juicio ofrecería un minicurso gratis pudiendo cobrar una pasta por él.
Pues solo un necio, como yo.
Escucha este capítulo porque te aseguro que, si sigues lo que te cuento, diseñar una presentación en público dejará de ser un problema para ti. Y gratis.

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