En este capítulo entendemos cómo podemos sanar grietas, incluso otorgarle perdón a otros aunque sean ellos quienes nos hayan fallado. Para poder reparar el daño es importante reconocer lo que hicimos mal, devolver lo que no es tuyo, pedirle perdón de corazón a la persona que hemos ofendido.
Las relaciones no se reparan con el simple hecho de pedir perdón sino también mostrando arrepentimiento y cambio.