El 26 de marzo de 2019, Ángela Aguirre, una joven de 16 años, fue encontrada sin vida en las aguas del río Caroní, en Venezuela. Las circunstancias en torno a su muerte y las versiones de las siete personas que la acompañaban en la noche de su desaparición hicieron que su nombre no solo resonara en todo el país, sino que también pusieran en duda la integridad y credibilidad de las autoridades que investigaban el caso, así como la de las personas involucradas en él.