Vellonera o “Jukebox”
Hace años que vengo advirtiendo que las redes sociales se han convertido en un lugar donde impera el “pay for play”, comúnmente conocido en el argot de la radio comercial como “payola”. La payola consiste en pagarle secretamente o “por debajo de la mesa” a un anfitrión de radio para que le dé preferencia a una canción por encima de las demás.
Todo el que conozca un poco de radio sabe que la popularidad de una pieza musical está íntimamente ligada a la cantidad de veces que se escuche en la radio. Claro, hoy en día —que la radio está agonizante— esa popularidad se obtiene también por otros medios. Pero, todavía la radio influye en que una pieza se torne popular o no.
¿Pero sabes cuál es el problema? ¡Que la payola es ilegal!!! Y lo ha sido desde el 1934. Eso no quiere decir que la práctica no exista. Lo que quiere decir es que si te cogen las multas de la FCC son altísimas.
En el mundo de la Internet también existe payola. La gran diferencia es que es más descarada y encima de eso legal. ¿No me crees? ¿Qué piensas que es Google Adsense, YouTube Ads, Facebook Ads, LinkedIn Ads, Twitter Ads, Instagram Ads, etc, etc, etc (como decía Yul Briner en “The King And I”).
En todos estos servicios pagas para que el público vea tu contenido. Sí no, la red social se beneficia comoquiera y tu no logras alcance alguno. Hasta le tienen un nombresito de lo más gracioso. Le llaman: “user generated content”.
Por eso es que tan temprano como en el episodio 179 dijimos que “cuando algo es gratis en la Internet el producto eres tú”. Años después lo confirmaron repetidamente en el documental “The Social Dilemma” de Netflix.
El ejemplo más descarado del uso de payola es YouTube. Hubo una época cuando colocabas un video en YouTube, ellos le colocaban anuncios encima y tú recibías una comisión. Luego eliminaron la monetización libre y la dejaron solamente al alcance de aquellos canales que tengan más de 1,000 suscriptores y superen las 4,000 horas de reproducción durante los 12 meses más recientes.
Si tu canal no cumple con esos criterios no puedes monetizar tu contenido. Pero YouTube advierte que ellos le van a colocar anuncios comoquiera y a quedarse el dinero. Encima de eso las comisiones mensuales han ido menguando con los años hasta que hoy en día los productores de YouTube reciben meras migajas por millar de usuarios.
Claro, todo esto tiene solución. Puedes colocar anuncios que promuevan tu contenido. Y claro, a mayor tráfico mayor la cantidad de visitas y de suscriptores, ya sea en YouTube o en la plataforma que sea.
Pero esa es una idea fallida. ¿Sabes por qué? Porque estarías pagando por promover un contenido que reside en la plataforma de otro. No importa cuánto pagues por promover tu contenido —ya sea en YouTube o en la red social que sea— ellos van a continuar controlando el algoritmo. Eso quiere decir que te pudieran seguir cerrando el “grifo” para obligar a que pagues cada día más por el mismo tráfico.
Además, con los nuevos algoritmos basados en inteligencia artificial —como el nuevo “
Hace años que vengo advirtiendo que las redes sociales se han convertido en un lugar donde impera el “pay for play”, comúnmente conocido en el argot de la radio comercial como “payola”. La payola consiste en pagarle secretamente o “por debajo de la mesa” a un anfitrión de radio para que le dé preferencia a una canción por encima de las demás.
Todo el que conozca un poco de radio sabe que la popularidad de una pieza musical está íntimamente ligada a la cantidad de veces que se escuche en la radio. Claro, hoy en día —que la radio está agonizante— esa popularidad se obtiene también por otros medios. Pero, todavía la radio influye en que una pieza se torne popular o no.
¿Pero sabes cuál es el problema? ¡Que la payola es ilegal!!! Y lo ha sido desde el 1934. Eso no quiere decir que la práctica no exista. Lo que quiere decir es que si te cogen las multas de la FCC son altísimas.
En el mundo de la Internet también existe payola. La gran diferencia es que es más descarada y encima de eso legal. ¿No me crees? ¿Qué piensas que es Google Adsense, YouTube Ads, Facebook Ads, LinkedIn Ads, Twitter Ads, Instagram Ads, etc, etc, etc (como decía Yul Briner en “The King And I”).
En todos estos servicios pagas para que el público vea tu contenido. Sí no, la red social se beneficia comoquiera y tu no logras alcance alguno. Hasta le tienen un nombresito de lo más gracioso. Le llaman: “user generated content”.
Por eso es que tan temprano como en el episodio 179 dijimos que “cuando algo es gratis en la Internet el producto eres tú”. Años después lo confirmaron repetidamente en el documental “The Social Dilemma” de Netflix.
El ejemplo más descarado del uso de payola es YouTube. Hubo una época cuando colocabas un video en YouTube, ellos le colocaban anuncios encima y tú recibías una comisión. Luego eliminaron la monetización libre y la dejaron solamente al alcance de aquellos canales que tengan más de 1,000 suscriptores y superen las 4,000 horas de reproducción durante los 12 meses más recientes.
Si tu canal no cumple con esos criterios no puedes monetizar tu contenido. Pero YouTube advierte que ellos le van a colocar anuncios comoquiera y a quedarse el dinero. Encima de eso las comisiones mensuales han ido menguando con los años hasta que hoy en día los productores de YouTube reciben meras migajas por millar de usuarios.
Claro, todo esto tiene solución. Puedes colocar anuncios que promuevan tu contenido. Y claro, a mayor tráfico mayor la cantidad de visitas y de suscriptores, ya sea en YouTube o en la plataforma que sea.
Pero esa es una idea fallida. ¿Sabes por qué? Porque estarías pagando por promover un contenido que reside en la plataforma de otro. No importa cuánto pagues por promover tu contenido —ya sea en YouTube o en la red social que sea— ellos van a continuar controlando el algoritmo. Eso quiere decir que te pudieran seguir cerrando el “grifo” para obligar a que pagues cada día más por el mismo tráfico.
Además, con los nuevos algoritmos basados en inteligencia artificial —como el nuevo “