La escena se ha repetido en mil y una películas.Un grupo grande de soldados, cansados y equipados con armadura completa, se abalanzan contra los muros de un castillo. Lo hacen armados con escalas y unas buenas dosis de valor. Saben que asediar la fortaleza es una misión casi imposible, pero no se rinden.
¿Les suena? A los miembros de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, desde luego que sí. Y no les puede irritar más. Una secuencia como esta contiene mil y un errores que, para colmo, han calado en la sociedad. A día de hoy, muchísimos guías turísticos replican estas confusiones al mostrar las fortalezas españolas.