En 1985, un yesero llamado Antonio Fernández, de 38 años, encañonó a un maestro de obras en un almacén de s'Illot. A continuación, apretó el gatillo de la escopeta de caza y alcanzó a Manuel Pérez Corraliza, de 39 años, en el pecho. El hijo de la víctima, que por entonces tenía 14 años, fue testigo del dramático suceso. Años después, anunció que iba a escribir un libro contando lo sucedido aquel fatídico viernes 12 de abril.