Entre julio y diciembre la economía británica creció menos de lo esperado y la variación de su PIB fue del 0,1%, por debajo de los datos de los dos trimestres anteriores cuando mostró una fuerte recuperación de la recesión y los datos se trepaban al 0,5% y 0,7%, respectivamente. La cifra más reciente decepcionó a la jefa del Tesoro, Rachel Reeves, y deja dudas sobre los planes financieros del Partido Laborista para buscar el impulso de la economía.