Cuando muchos nos daban por muertos (si nosotros también, un poco) tres valerosos supervivientes del Refugio se reunen alrededor de una débil hoguera, buscando calor y un rato de tranquilidad, donde poder charlar sin que ningún energúmeno venga a robarles sus cuatro trastos, sus ideas y el poco criterio que puedan tener, como siempre queridos oyentes, pasen y disfruten.