En esta quinta y última entrega de nuestro podcast disfrutaremos, a modo de traca final, con las llamadas de algunos oyentes que escucharon el “Sí, buenas noches, ¿dígame?” de bienvenida, pero que no llegaron a despedirse de Pumares. Aunque él solía lamentar que su fama de ogro era inmerecida, porque había cortado menos llamadas que años llevaba en antena, lo cierto es que había cardado mucha lana. Pero mucha. Quien esto escribe recuerda una noche en la que hasta tres oyentes fueron fulminados por formular preguntas repetidas o realizar alguna observación que Pumares creyera impertinente.