Que os voy a contar que no hayáis oido y visto. Esto es algo tan antiguo como la comunicación. Pero duele, duele mucho.
Duele cuando se utiliza las desgracias y emociones tristes de alguien para vender algunos periódicos más, unas palabras falsas pero mal intencionadas que tergiversan los hechos para conseguir más lectores, y al mismo tiempo desacreditarse como periodistas y como medio de información.
Duele cuando se utiliza las desgracias y emociones tristes de alguien para vender algunos periódicos más, unas palabras falsas pero mal intencionadas que tergiversan los hechos para conseguir más lectores, y al mismo tiempo desacreditarse como periodistas y como medio de información.