El miedo nos acompaña desde que nacemos y en general solemos verlo como un desagradable compañero de viaje del que deseamos deshacernos. Nos hace sufrir, debilita nuestras intenciones y paraliza muchos de nuestros sueños. Sin embargo, también nos aleja de peligros y nos ayuda a tener una vida más sensata. En este capítulo dilucidamos cuando sí y cuando no debemos seguir sus mandatos. Todo desde la adaptación del poema de Eduardo Galeano "El miedo global".