Del latín corruptio-onis: «1. Acción y efectos de corromper o corromperse». Reflexionamos sobre cosas tan edificantes como la putrefacción, la descomposición o la degeneración, una vil excusa para hablar de fotografía post-mortem, cementerios, santos, reliquias, culto a los fallecidos o el mausoleo creado para la momificación de Lenin, entre más material turbio.