Dejar el trabajo formal a cambio de uno desconocido y peor por una actividad informal


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Jul 04 2016 4 mins  
Se escucha en nuestro medio con mucha frecuencia: “Eso es lo que te pagan, mejor lavamos carros y nos ganamos en un día lo que te ganas en un mes” “Mi vecino se está dando vida, desde que se dedica al mercado negro, le sobra de todo” “Me voy porque me están ofreciendo más” y resulta que si es cierto pero en actividades poco de poco respeto ético a la profesión. Son los tiempos de las dificultades, de tomar sabias decisiones y no de dejarse arrastrar por las reacciones al abrigo de las emociones irreflexivas. Hemos podido observar como mucha gente actúa comprometiendo su futuro apresuradamente bajo el supuesto de que las dificultades del ahora y las condiciones del ambiente serán permanentes, cuando todo lo contrario lo que estamos viviendo es la antesala de algo que vendrá que no será precisamente lo que acontece. No podemos negar las condiciones extremas que actualmente presenta el país que ha trastocado la cotidianidad de la existencia del venezolano, entre esas condiciones objetivas están: • La severa reducción del poder adquisitivo y de la noción sobre cual es el valor de lo que una persona hace. • La dislocación de la rutina diaria, a la cual estaba habituada la persona, con una pérdida de tiempo en tareas que para nada agregan valor, ni entretienen como búsqueda y colas que en muchas ocasiones no se traducen en una compra efectiva. • La disminución del tiempo útil de la vida profesional para generar resultados económicos, espirituales y de ocio realizador. • El aumento de la inseguridad en todos los planos de la existencia: la personal, la emocional, la afectiva, la económica,…, la laboral. • La ruptura del sentido de pertenencia. Es conveniente tener conciencia e internalizar adecuadamente esas condiciones, de manera que la persona y su grupo familiar puedan sobreponerse, lo que si está al alcance de lo que puede hacer aquí y ahora, para evitar el desarrollo de debilidades como lo son primero, la pérdida de la autoestima y segundo, el quiebra del plan de vida, es la profunda reflexión a nivel del grupo familiar considerando los siguientes aspectos: • Hay que asumir lo que está aconteciendo como un momento de la existencia familiar producto de una transición, no como algo que permanecerá o se perpetuará. • No hay que sentirse deshonrado, si se pierde la fuente de ingresos o se queda sin empleo, no se retraiga, manténgase en contacto con sus amigos y familiares. El que pueda sobreponerse depende esencialmente de uno mismo. • Se requiere aceptar lo que está ocurriendo, los sentimientos que genera, concédase sentirse mal y comparta su transe con alguien de confianza. • Busque apoyo en su entorno cercano, cuide su salud física, su equilibrio emocional y el de los que le rodean, mientras pueda coma bien, ejercítese, descanse, haga paradas, le ayudarán a reducir el estrés. • Dese una pausa larga para rehacer su plan familiar, reorganizar su economía, formular su dispositivo de acciones y retomar el control emocional de su vida, sea lo que sea el futuro depende de usted, entre en confianza. • Alargue su horizonte buscando las oportunidades que existen en lo que le acontece. Hay que recordar que dada las circunstancias el imaginario popular es el terreno fértil para la creación de todo tipo de especulaciones y rumores, ellos se propagan instantáneamente y en ausencia de validación objetiva, son las mayores fuentes de pérdida de energía vital, de autoestima y de confianza, es lo peor para darle sentido a la vida.