El dip es un ser mitológico catalán. Una especie de perro malvado y peludo, un emisario del demonio que, como tantos otros, es cojo de una pierna. Se alimenta chupando la sangre de la gente. Pero no es el único perro diabólico que ladra por España. Los tibicenas, iruenes y guayotas se mueven en la noches isleñas buscando un alma que llevarse a la boca.