Egipto es un regalo del Nilo. Esta célebre cita de Herodoto, que viajó por este país hacia el año 650 a. C., sigue vigente en la actualidad. El visitante de hoy siempre hace la misma observación: el Nilo es una serpiente verde en medio del desierto. Desde Rosette, donde desemboca en el Mediterráneo, hasta Abu Simbel, donde abandona territorio egipcio para emprender su curso sudanés, el gran río ve sus riberas cubiertas por una espesa capa de limo depositada por las inundaciones desde hace milenios haciendo fértiles estas riberas.