Elena llegó a España desde Rumanía, cuando el país no formaba parte de la Unión Europea. Primero fue prostituta, luego tuvo un hijo y dejó el oficio. Ahora es encargada. Dice que los hombres buscan cariño y también lo que no tienen en casa. Confiesa que como mujer, como esposa, no le gustaría tener un marido aficionado a vestirse de mujer, pero eso en el club le da igual. Afirma sin duda que las estadísticas de prostitución son falsas, y que si aprobaran una prohibición todo este mundo pasaría a ser clandestino.