El amor tiene algo mágico que nos envuelve y que se convierte en adictivo. Cuando todo va bien nuestras fuerzas se multiplica, aleja de nosotros el miedo y sentimos una gran confianza. Pero a veces, no nos quieren bien y el efecto es el contrario. Saber identificarlo es importante porque la parte adictiva del amor puede cegarnos y dejarnos indefensos ante los efectos nocivos que tiene una relación tóxica para nuestra salud mental. Hoy te ayudamos a detectarlo comenzando con una adaptación del "Soneto de la dulce queja" de Federico García Lorca.