Apr 01 2020 30 mins 4
La Mecánica del Caracol – Eva Caballero y Gustavo García, director de la revista Desperta Ferro Arqueología e Historia, nos llevan al siglo XIII para conocer “el libro de las maravillas”, de Marco Polo y desvelarnos detalles sobre la fabulosa y enigmática Ruta Seda.
La Ruta de la Seda ha vertebrado durante siglos el comercio entre Oriente y Occidente, pero a su vez ha servido para vehicular el contacto entre culturas y como vía de difusión para costumbres y religiones. Fue a través de la Ruta que el Islam alcanzó su mayor alcance y el budismo uno de sus mayores canales de despliegue y de sus mejores fuentes de inspiradoras rutas de peregrinaje. En contrapartida, la misma y compleja red de comunicaciones se utilizó una y otra vez como paso para los ejércitos de innumerables imperios que se sucedían los unos a los otros en los distintos territorios, a menudo dificultando el tránsito de mercancías y personas. Con la pax mongólica instaurada en el siglo XIII, el trayecto hacia Oriente nunca resultó tan sencillo, y enseguida el fascinante Oriente, repleto de maravillas y de ricos productos con los que comerciar, llamó la atención de intrépidos mercaderes como el afamado Marco Polo. Los pasos eran a menudo difíciles y obligaban a atravesar desiertos, interminables estepas e imponentes cordilleras que se elevaban hacia los cielos, pero a su término, se abría un nuevo mundo repleto de posibilidades y experiencias.
La Ruta de la Seda ha vertebrado durante siglos el comercio entre Oriente y Occidente, pero a su vez ha servido para vehicular el contacto entre culturas y como vía de difusión para costumbres y religiones. Fue a través de la Ruta que el Islam alcanzó su mayor alcance y el budismo uno de sus mayores canales de despliegue y de sus mejores fuentes de inspiradoras rutas de peregrinaje. En contrapartida, la misma y compleja red de comunicaciones se utilizó una y otra vez como paso para los ejércitos de innumerables imperios que se sucedían los unos a los otros en los distintos territorios, a menudo dificultando el tránsito de mercancías y personas. Con la pax mongólica instaurada en el siglo XIII, el trayecto hacia Oriente nunca resultó tan sencillo, y enseguida el fascinante Oriente, repleto de maravillas y de ricos productos con los que comerciar, llamó la atención de intrépidos mercaderes como el afamado Marco Polo. Los pasos eran a menudo difíciles y obligaban a atravesar desiertos, interminables estepas e imponentes cordilleras que se elevaban hacia los cielos, pero a su término, se abría un nuevo mundo repleto de posibilidades y experiencias.