"Ha muerto uno de los mayores héroes de los Estados Unidos», declaró el Presidente Lyndon Johnson tras la muerte del General del Ejército Douglas MacArthur. De eso hay pocas dudas, pero MacArthur era tan bueno como malo. Era un festín o una hambruna, un home run o un strike out. Nada lo demuestra mejor que la campaña de Luzón de 1945 y la batalla de Manila, la mayor batalla urbana de la historia del ejército estadounidense.