Vivimos en un escaparate digital dónde todo está expuesto. ¿Qué precio le ponemos a nuestra intimidad? Seguro que pediríamos mucho dinero a cambio, pero la realidad es que, sin darnos cuenta, la mayoría de nosotros la regalamos. Pulsamos “aceptar'' y “descargar” automáticamente sin leer nunca los términos y condiciones. La mayoría de servicios son gratuitos pero los pagamos con nuestros datos. No regalarlos está en nuestra mano. En este capítulo, daremos recetas para ganar privacidad.