Stephanie es colombiana. Vino, como dice ella, "con deuda". Tuvo que trabajar explotada para pagar los cinco mil euros que le cobraron por traerla a España. Sabía a qué venía, pero no las condiciones en las que tendría que trabajar. Ha perdido la fe en los hombres, a pesar de que vivió una experiencia de pareja con un hombre que la sacó de los clubes. Ahora dice trabajar cómoda y en buenas condiciones, y espera el día de reencontrarse con sus hijos.