Un error propició que hace ya dos años la reforma laboral propuesta por el primer gobierno de coalición saliera adelante. En la lógica económica, dos años es un periodo demasiado corto para evaluar una medida, sin embargo, esta reforma laboral ha provocado cambios de calado desde que echó a andar. En 24 meses se ha conseguido dar un tijeretazo inédito a uno de los rasgos que definían nuestro mercado laboral: la temporalidad. Al mismo tiempo, aspectos como el auge de los contratos fijos discontinuos ha generado un gran debate tanto en el plano político, como en el más técnico. Lo analizamos con Aida Caldera, jefa de división en el Departamento de Economía de la OCDE, y Jesús Lahera, Catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad Complutense de Madrid.