El compositor finlandés Jean Sibelius solo escribió una obra concertística: el Concierto para violín y orquesta en re menor, Op. 47. Lo compuso en 1903 en Villa Ainola, una casita que tenía al norte de Helsinki. En aquel lugar tranquilo, aislado de todo y rodeado de naturaleza firmó esta partitura que tuvo dos estrenos caóticos. El músico, desilusionado, renegó de la obra y dio órdenes para que no se interpretase nunca más. Lo hizo décadas después y a día de hoy nadie discute que es una de las obras maestras del autor.