Se calcula que la Tierra tiene cerca de 4.500 millones de años. Una cifra que es difícil de asimilar. Imaginemos entonces que la historia de la tierra se pudiese comprimir en un reloj de 24 horas, a las 00.15 Theia chocaba contra la Tierra, a las cuatro de la mañana aparece la vida, dos horas después las primeras bacterias inician la fotosíntesis, pero no será hasta las 18:40 de la tarde cuando aparecen los primeros seres pluricelulares y habrá que esperar a las once menos cuatro minutos de la noche para conocer a los primeros mamíferos. Cerca de las 23 horas y 40 minutos de la noche se produce la extinción de los dinosaurios y cuando apenas queda un minuto para la medianoche, para el momento actual, aparece el género homo. Los humanos modernos, el homo sapiens aparecería en la Tierra en los últimos cuatro segundos. Cuatro segundos en los que hemos transformado el planeta a nuestro antojo en nuestro propio beneficio. La conciencia humana, esa gran creación de la naturaleza, resultado de millones de años de evolución, se ha convertido a su vez en peligro para los ecosistemas y para nuestra propia supervivencia. El futuro depende en gran medida de que nuestra especie sea capaz de reintegrarse en la naturaleza, de poner la conciencia al servicio de la vida. Hoy enciende el fuego de la cueva la bióloga y divulgadora Odile Rodríguez de la Fuente para iluminar “La historia más fascinante del mundo”. Para conocer quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde queremos avanzar como especie.