La costa de Vilanova i la Geltrú, en Barcelona, ha sido declarada primer ‘punto de esperanza marina’ de la península para impulsar la conservación de ballenas. La zona es un importante foco de alimentación para el rorcual común. Esta ballena, la única que habita el mediterráneo, puede llegar hasta los 24 metros de longitud.
En un proyecto pionero, el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la UPC estudiará y realizará el seguimiento de rorcuales comunes y otras especies marinas en este entorno. Y lo hará mediante una tecnología innovadora no invasiva con sistemas bioacústicos, imágenes y muestras de ADN medioambiental.
El ‘punto de esperanza’ de las aguas de Vilanova i la Geltrú abarca una franja de entre 12 y 15 millas de ancho, de cerca de 2 mil km² de la costa catalana al suroeste de Barcelona, la ciudad costera más grande de España. Lo que conlleva que sus aguas tengan un intenso tráfico marítimo y contaminación acústica submarina. La presencia regular de ballenas en la zona que se alimentan cerca de la superficie del agua hace que haya riesgo de colisiones con embarcaciones, lo que amenza la población de estos cetáceos en un punto de vital importancia para su alimentación. El objetivo es proteger y proporcionar herramientas que permitan que las actividades humanas convivan con el medio natural. Uno de los éxitos del LAB es el desarrollo de un sistema de anticolisión para ballenas premiado internacionalmente. Este laboratorio también ha sido clave en la coordinación de más de una treintena de proyectos de investigación europeos e internacionales sobre bioacústica, consolidándose como referente mundial en este campo.