El último de los Austrias, Carlos II, tenía tantos problemas de salud que se empezó a correr la voz de que era víctima de un hechizo. Pero eso era... verdaderamente falso. En realidad fue víctima de la endogamia.
El último de los Austrias, Carlos II, tenía tantos problemas de salud que se empezó a correr la voz de que era víctima de un hechizo. Pero eso era... verdaderamente falso. En realidad fue víctima de la endogamia.