Si lo hubiera sabido, sin tan solo pudiera volver atrás por un instante, morderme el labio, no decir aquella frase que podía entender mal -y en efecto así se hizo-... Si hubiera dicho lo que sentía, si hubiera hecho lo que sentía, si fuera posible regresar a aquel momento... quizá habría hecho exactamente lo mismo. Los mismos errores, los mismos silencios, los patinazos, el miedo, la seguridad de darlo todo a veces por hecho o no. Porque si supiera lo que ahora sé, si ya hubiera estado frente a esos ojos llorosos, si hubiera tenido a pocos centímetros de mi cara la cara del otro, de la otra, en el momento exacto en el que sintió aquella decepción -en el que yo también la sentí- y el abandono... y ese adiós... quizá ahora tendría más cuidado, trataría de hacerlo de otro modo, trataría de aprender. No para que las cosas no sucedieran sino para, en la medida de lo posible, con su pellizco y sus lágrimas, vivirlas bien.
Hoy ponemos encima de la mesa el corazón. Hoy hablamos de 'Miocardio'.