Un fondo de inversión trata de echar a Josep de la casa en la que vive en Barcelona desde hace 22 años para montar pisos turísticos. Ahora mismo paga 700 euros de alquiler y como se le ha terminado el contrato le exigen, si quiere quedarse, 2.000 euros al mes. Hoy era día señalado para el desahucio, pero un centenar de personas que se han concentrado frente a Casa Orsola ha obligado a posponerlo. En 24 horas de RNE hemos hablado con Enric Aragonès, portavoz del sindicato de Inquilinas de Cataluña: "Esto no es una victoria ni una derrota, es un pulso", ha sentenciado. "Hay un grupo de vecinos que han decidido que no se produzcan más desahucios invisibles. Esto no cuenta en los registros, pero son expulsiones forzosas", ha agregado. Aragonès ha opinado también que las medidas del PP y PSOE en vivienda no son tan distintas y ha expresado un toque de atención al Gobierno central: "No se puede gobernar a la vez para el rentismo y para los inquilinos". Escucha la entrevista completa en RNE Audio.