El barcelonés Domingo Badía, camuflado en el príncipe musulmán Alí Bey el Abassi, recorrió el norte de África en expedición científica y de espionaje entre 1803 y 1808. Fue uno de los primeros europeos que consiguió entrar en La Meca. Sus mapas, descripciones y dibujos de la ciudad sagrada de los musulmanes fueron referencia durante siglos.