Era el novio que toda madre querría para su hija y toda hija para sí. Apuesto, elegante, de buena familia, con un futuro prometedor, daba la impresión de ser uno de esos varones bendecidos por el destino desde la cuna y cuya única responsabilidad en la vida era elegir con cuidado. Segundo de nueve hermanos, había disfrutado de todas las ventajas de las familias numerosas sin padecer una sola de sus estrecheces: de las mansiones en las que transcurrió su niñez ninguna tuvo menos de veinte habitaciones. Su apellido le singularizaba como miembro de una de las familias más pujantes de unos Estados Unidos ya poderosos pero sin historia suficiente todavía para hablar de abolengo. Como cualquier otra aristocracia, la norteamericana habría de forjarse en los campos de batalla y en los parlamentos, donde estaba llamado a brillar con luz propia aquel joven nacido en Massachusetts en 1917 y cuyo perfil terminaría ilustrando las monedas de medio dólar y su nombre bautizando un aeropuerto internacional: John Fitzgerald Kennedy.
Episodio escrito y narrado por Gonzalo Altozano.
Sonido: César García.
Diseño: Estudio OdZ.
Contacto: [email protected]
Twitter: @GonzaloAltozano
Instagram: @galtozanogf
Episodio escrito y narrado por Gonzalo Altozano.
Sonido: César García.
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