Homilias – Casa para tu Fe Católica

MEMORIA DE SAN JUAN DE LA CRUZ, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA La humildad permite que el sufrimiento no sea devastación sino camino y en la medida en que la humildad va revelando el sufrimiento como camino la mente va encontrando la sabiduría.

En el Adviento debe acompañarnos un adecuado arrepentimiento, reflexionar sobre lo mal que actuamos y sus consecuencias para así poder enmendarnos.

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, EMPERATRIZ DE AMÉRICA María Santísima abre la puerta Evangelio por su intercesión en favor de nuestros corazones fríos, mostrándonos que es posible vivirlo. En torno a ella abunda la gracia del Espíritu Santo enseñándonos a ser Iglesia.

La soberbia te agota porque estás cargando una mentira que intentas mantener e imponer a otros. Para liberarte de esa carga debes volver a la humildad, volver a Jesucristo.

En nuestra realidad podemos sentirnos como la oveja perdida que Dios no se resigna a perder, o sentirnos desatendidos y poco amados o ponernos en el lugar de quien deba salir por aquellos que están olvidados o en rebeldía.

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Estamos llamados con la ayuda de la gracia y por la intercesión de María Santísima a reconocer el bien y la verdad de Dios y a desterrar toda forma de pecado de nuestra vida.

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO C En Adviento reflexionemos sobre qué o quién le está quitando la gloria a Dios y lo que debemos apartar para que el camino quede recto para el Señor y Él pueda hacer su obra perfecta en cada vida.

El verdadero misionero debe salir de su comodidad para conquistar para Dios los corazones descarriados, pero sin salir de la verdad y amistad con el Señor, del camino de la santidad.

Quien apela a la compasión de Nuestro Señor es consciente que no merece nada, pero sí necesita todo.

La voluntad de Dios no es una imposición que te anula, es un camino que te posibilita a crecer porque Él realmente te conoce, te ama y te lleva a la plenitud.