Antonio de la Rosa recorre en solitario, con esquís y un trineo de 70 kilos, los 1.200 kilómetros que separan la Bahía de Hércules del Polo Sur Geográfico en 39 días. La expedición estuvo llena de retos físicos y mentales. Desde el inicio tuvo que afrontar un ascenso inicial de mil metros de desnivel, el momento más crítico cuando padeció una grave irritación en la córnea, conocida como la ceguera de las nieves, lo que le obligo a permanecer tres días encerrado en su tienda para poder recuperarse. Hay que sumar a este problema en los ojos los vientos de más de 50 km/h y las temperaturas por debajo de los 45º. De la Rosa ha conseguido esta proeza en un año muy complicado por las acumulaciones de nieve que superan más de un metro, lo que obliga a un mayor desgaste al tener que abrir huella. Otros expedicionarios han intentado los mismo, pero tuvieron que ser rescatados. Con esta hazaña, De La Rosa se convierte en uno de los exploradores más destacados en la actualidad. Un reportaje de Chema Puente, quién conseguía establecer comunicación con el deportista poco después de conseguir su gesta.