Mi sobrino pidió dormir en mi cuarto....


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Oct 25 2024 11 mins   1
Me llamo Nora Eugenia, pero todos me dicen Chata, soy casada y sin hijos, mi marido es estéril y otros defectitos más, que ya les iré contando, acabo de cumplir 40 años, tengo dos hermanas mayores, Mercedes tiene 45 años y es la oveja negra de la familia, acaba de regresar de Florida donde se divorció la última vez, es terrible, se ha casado 4 cuatro veces, hace topless en lugares prohibidos porque hay familias con niños, pero a ella no le importa, acaban de publicar en redes sociales una foto de ella practicándole sexo oral a un señor en un parque público y en lugar de avergonzarse, publicó fotos de ella practicando nudismo, la verdad no me llevo bien con ella; mi otra hermana es Virginia, pero le decimos Vicky de cariño, tiene 43 años, ella es la sufrida, se quedó viuda hace cinco años y trabaja de sol a sol para mantener a Carlitos, su hijo de 19 años; todos en mi familia dicen que yo soy la mojigata porque no tomo, no fumo, no me gusta decir groserías y siempre intento hacer lo correcto.

Mi marido es un fracasado con suerte, al morir sus padres le dejaron una pequeña fortuna y cuando ya había echado a perder la mitad fue cuando nos casamos, yo tuve que hacerme cargo de sus negocios para que no entrara en banca rota; mi ilusión siempre fue tener hijos pero el examen médico descubrió que mi insípido marido era estéril y como ha sido el único hombre de mi vida, pues me resigné, pero ahí no termina todo, nunca he tenido un orgasmo y no es que tenga el pene pequeño, es que se viene muy pronto y siempre me quedo a medias, mi mejor amiga me dice que me masturbe, pero para mí esas son cochinadas; hay un señor que siempre me pretende, es guapo, pero yo sería incapaz de ser infiel, no está en mi ADN, siempre he respetado la institución del matrimonio.

Resulta que hace poco mi sobrino Carlitos se quebró un tobillo y como mi hermana Vicky trabaja todo el día y no tiene dinero para pagar una enfermera, yo me ofrecí a cuidarlo, afortunadamente Carlitos está de vacaciones, así que no tuvo que suspender sus estudios universitarios, mi marido protestó porque me iba ir a vivir con Vicky, pero a mí, la verdad, me tiene sin cuidado. La casa de mi hermana es muy humilde, es de un piso y pequeña, así que me instalaron en el cuarto de servicio, que nunca han utilizado porque no le alcanza para tener una sirvienta; yo dejé toda mi confortabilidad para cuidar a mi único sobrino, así que me dediqué a cocinar, a hacer la limpieza, a lavar, en fin, lo primero que hice fue limpiar toda la casa y luego ordenarla, mi pobre hermana nunca tuvo tiempo para hacerlo y mi sobrino… bueno, ya se sabe cómo son los adolescentes de desordenados; el cuarto de Carlitos era un verdadero desastre, lo encontré recostado en su cama con su laptop sobre las piernas con el tobillo izquierdo enyesado, lo único que no me gustó fue verlo en pantaloneta y sin camisa, a mí me parece impúdico, pero, bueno, no es mi hijo, así que no dije nada.

Cuando llegaba Vicky del trabajo cenábamos los tres juntos, pero ella vive tan cansada que rápido se iba a dormir, yo aproveché que estábamos solos para decirle a Carlitos que siempre encontraba pipí en el suelo de su baño y él me decía que con muletas le era difícil orinar en la taza, yo le sugerí que se sentara y me dijo que solo las mujeres orinaban sentadas, entonces le sugerí que la próxima vez que fuera al baño yo lo ayudaría -¿Cómo?- Me preguntó -No sé, te sostengo bien de las muletas, te acomodó y luego te dejo solo para que hagas tus necesidades- Gracias tía Chata, eso me ayudaría mucho y perdone que le cause tantas molestias. -No hay pena, Carlitos, tú sabes que te quiero mucho- Me tiró un beso y luego me dijo: Tía tengo ganas de orinar -Yo te ayudo, apóyate en mí, yo me llevo la otra muleta- Entonces me abrazó con su brazo izquierdo, apoyó su otro brazo en la muleta y nos dirigimos al baño, al llegar frente a la taza, le di la otra muleta y lo acomodé -Te dejo solo, me avisas cuando termines- Gracias tía. Y salí.

Cuál no sería mi susto cuando oí que se cayó, entré presurosa y Carlitos estaba tirado en el piso, lo ayudé a levantarse y vi que tenía el pene fuera de la pantaloneta, me puse muy nerviosa pero continué como si nada, estaba todo orinado -Déjame que te limpie- Me da pena tía Chata, ni siquiera me dio tiempo de guardarme el pene -No digas tonterías, para eso somos familia, para apoyarnos en los momentos más difíciles- Encendí la regadera -Tía Chata, no me puedo bañar ahí, me puedo volver a caer- No te preocupes, yo entro contigo -Pero tía, me da vergüenza que me vea desnudo- Más vergüenza te daría si te rompes el otro tobillo -¿Usted se va a bañar conmigo?- No me voy a bañar contigo, te voy a bañar. Fui por una bolsa plática, se la puse en el tobillo quebrado y la anudé con un hule, luego me quité la ropa y me quedé solo con mis interiores, yo entré al agua tibia y le dije que se quitara su pantaloneta, él solo me miraba perturbado, entonces fui y se la quité, pero al sacársela por su pierna izquierda, me encontré con su pene a escasos centímetros de mi cara, lo extraño es que tenía una erección y que erección, mi sobrino estaba bien dotado; rápidamente me puse de pie, él se abrazó a mí y entramos bajo el agua.

Tomé el jabón y le dije que apoyara las manos en los azulejos mientras yo le enjabonaba la cabeza y la parte trasera de su cuerpo, por primera vez vi a mi sobrino con ojos de mujer, vaya, el chico se notaba que hacía ejercicio, su espalda era la de un atleta, sus glúteos eran duros como una roca, me detuve un tiempo masajeando esa parte, él abrió sus piernas para facilitar mi trabajo, pero no me atreví a enjabonarle su ano, sus piernas era dos columnas de carne perfectas; luego le enjaboné los pectorales desde atrás, eran como de un dios, bajé un poco y me encontré con los músculos bien marcados a la altura de su estómago, estuve a punto de bajar a sus genitales, pero eso hubiera sido inapropiado, cuando terminé de enjabonarlo le dije que él lo hiciera en la parte delantera de su cuerpo, me abrazó de nuevo con su brazo izquierdo y empezó a enjabonarse, no pude evitar ver cuando su mano derecha se enjabonaba sus partes pudendas, se bajó el prepucio y apareció su glande brilloso, yo no sabía si se estaba enjabonando o se estaba masturbando, pero su pene crecía cada vez más y sus testículos le colgaban como dos grandes bolsas entre sus piernas, pensé: bueno, quizá así se bañan los hombres; ya no sabía para donde ver, pero su miembro me tenía hipnotizada, nada que ver con la cosita de mi marido y yo que siempre pensé que la tenía grande… luego se quitó todo el jabón, salimos, le di una toalla para que él se secara la parte delantera y yo sequé su parte trasera, luego, así desnudo como estaba, lo llevé a su cama, la arropé, fui por mi ropa y le di el besito de las buenas noches.

Al día siguiente, me levanté temprano para atender a Vicky, desayunamos juntas y se fue a trabajar, como a media mañana aparece Carlitos muerto del hambre, le preparé su desayuno y lo acompañé a la mesa -¿Cómo dormiste Carlitos?- Bien, tía Chata, ese baño me cayó de maravilla, pero… -¿Pero?- Volví a mojar el piso del baño. Perdóneme -No tengas pena, ya se nos ocurrirá una solución- Le puedo decir algo, pero no se enoja -Tú dime, ya veré si me enojo o no- Es que anoche no pude evitar verla y… y tiene un cuerpazo -Cállate muchacho insolente, no me faltes al respeto- Perdón tía, pero con su brasier mojado le vi los pezones paraditos, tiene unos pechos… -Que te calles te digo- Es que no pude evitar ver su redondo trasero debajo de su calzón mojado. Me indigné y lo dejé hablando solo. Ya en mi habitación me quedé en interiores, fui al baño y tomé una ducha con mi brasier y mis bragas puestas, al salir me vi en el espejo, tenía razón el muchacho, se me transparentaban los pechos y el calzón se me había pegado como si fuera una segunda piel, era casi como si estuviera desnuda, que vergüenza con Carlitos y claro, él es un muchacho con las hormonas alborotadas y aunque yo soy una vieja para él, el instinto es muy peligroso.

Pasé todo el día sin hablarle, ya no estaba enojada con él, me sentía avergonzada y con sentimiento de culpa, al final, todo había sido responsabilidad mía, aunque todo lo que hice fue con buenas intenciones, todo resultó mal, muy mal; no sabía si pedirle perdón o hacerme la desentendida. Llegó la noche y cenamos los tres, como ya era habitual, Vicky nos dio las buenas noches y se fue a dormir. Se hizo una pausa muy incómoda entre mi sobrino y yo, luego los dos intentamos hablar al mismo tiempo y eso nos causó risa, él me permitió que yo me expresara primero -A ver, Carlitos… tengo que pedirte una disculpa… todo lo que pasó anoche fue culpa mía… no debí entrar a la ducha contigo…- Pero, tía, si no lo hace no hubiera podido bañarme solo, ¿eso quiere decir que ya no lo volverá a hacer? -Claro que no, no es correcto, aunque somos familia, tú eres un hombre y yo una mujer y eso no está bien- Dígame la verdad, usted no está molesta por eso sino por las cosas que le dije -Eso también, yo soy tu tía y además soy una vieja para ti- Lo que le dije es cierto, es usted una mujer muy bonita y tiene un cuerpo… -¡Cállate, me vas a hacer sonrojar!- ¿No le gusta que le digan que es bonita? -A todas las mujeres nos gusta, pero viniendo de ti me parece totalmente fuera de lugar- De acuerdo tía, entonces nunca le diré que es lo que más me gusta de usted. Salí corriendo como quinceañera asustada.

Todos los días se habían convertido en una rutina, desayuno con Vicky, a media mañana acompañaba a mi sobrino… -Tía ¿Por qué siempre me deja hablando solo?- Porque eres un impertinente -¿Es impertinencia decirle que es una mujer muy bonita?- No, pero sí en el contexto que me lo dijiste -¿Qué contexto? -Tú aludiste una situación donde estabas desnudo y yo… bueno, casi igual, eso no es correcto- Quiere que le diga que parte me gusta más de usted -¡Cállate!- Dígame que no quiere saber y no se lo digo -Bueno… si tú quieres, pero no me vayas a salir con una majadería- Su boca -¿Qué tiene mi boca?- Invitan al beso. Solté una carcajada, pero creo que fue de nervios más que de otra cosa. -Por fin la veo reír, que bueno que no se enojó… ¿Le puedo hacer una pregunta?- Hazla, pero cuida tus palabras -¿Me vio el pene?- ¡¿Qué clase de pregunta es esa!? -¿Me lo vio o no?- Bueno, en medio de toda la enjabonadura… quizá sí- ¿Y le gustó? -No me preguntes esas cosas, un sobrino no debiera cuestionar a su tía sobre su miembro- Solo conteste sí o no y dejo de hacerle preguntas -No sé…- Esa no es una respuesta correcta y usted siempre hace y dice lo correcto. Salí corriendo de nuevo, pero a medio camino me arrepentí y volví.

-Antes de contestar tu incómoda pregunta, quiero contarte algo, pero te advierto que es confidencial, es muy íntimo, me debes prometer que no se lo contarás a nadie, pero a nadie, ni siquiera a tu mamá, mejor dicho, menos a tu mamá- ¡Prometido! -Tú sabes que tu tío es estéril y además tiene un defecto que no se lo he contado a nadie… mejor dejémoslo ahí- ¿No me tiene confianza, tía Chata? -No es eso… pero… pero… está bien, te voy a contar… no sé si sabes que tu tío ha sido el único hombre en mi vida… él tiene un problema… no sé cómo decírtelo, deja que busque las palabras correctas… él padece de eyaculación precoz… y por eso… yo nunca he tenido… un or-gas-mo- Que lo siento tía, pero… eso que tiene que ver con que si le gusta mi pene o no -Tiene todo que ver, como yo nunca había visto otro, creí que el de él era grande, pero comparado con el tuyo, es una cosita- Pero eso no contesta mi pregunta -¿Qué quieres que te diga? ¿Qué sí? Pues sí, me gusta, me encanta, me quedé hipnotizada al vértelo- Eso me halaga, tía -¡Nada de halagos!, no creas que porque a una vieja frustrada sexualmente le haya gustado tu pene vaya a pasar cualquier cosa incestuosa que estés pensando- Se hizo otra pausa incómoda.

-Tía, para avanzar en esta conversación, necesito que me escuche, pero sin interrumpirme, si no le gusta lo que le digo, puede regresar a su casa y yo veré como me las arreglo ¿Me lo promete?- Prometido -Bueno, no sé por dónde empezar… primero tengo que decirle que es una verdadera pena que usted no haya tenido nunca un orgasmo, ese es un placer que ninguna mujer debería morir sin probarlo… ¡No diga nada, tía, cumpla su promesa!... Gracias… por otro lado usted es una mujer muy linda y talvez por no haber tenido hijos su cuerpo se conserva como el de una jovencita… ¡No me vaya a interrumpir, por favor!... aunque no le guste escucharlo, tiene un cuerpo muy deseable, su cintura parece de niña, sus senos son fabulosos, como nunca dio de mamar, los tiene en su lugar y su trasero es toda una tentación, si usted no fuera mi tía, le juro que yo le regalaría el primer orgasmo de su vida- ¡Basta! Y me puse a llorar, Carlitos, como pudo, se levantó y me abrazó, era tan incómoda la posición, yo sentada y él con el cuerpo doblado sobre mí, así que me levanté y nos abrazamos de frente. -Carlitos… tienes una erección, no voy a salir corriendo, pero, ¿puedes separarte, por favor?- Perdón tía, pero todo esto me lo provoca usted -No digas tonterías, yo soy una vieja y tú un muchacho vigoroso que puedes tener a la jovencita que quieras- A pesar de mi pedido Carlitos no se separó y yo podía sentir su cosa arribita de mi pubis.

-¿Carlitos?- Perdón tía -Mejor sentémonos- Fui por más café y bebimos -Nunca creí que al venir a cuidarte tuviera este cúmulo de emociones- ¿No le gustan? -Me avergüenzan, justamente porque sí me gustan, esto no debería estarme pasando a mí, me siento abochornada- Pero usted es una mujer sana, es normal que sienta deseos -¿Pero crees que es normal sentir esto por mi sobrino? Dime la verdad- Por supuesto que no, tía Chata… pero entonces debería buscar un hombre que la complazca -¡Estás loco! Antes me acostaría contigo… bueno, no, es una manera de decir que a ti te conozco y con otro hombre me sentiría pecaminosa… bueno, contigo también, no sé si me entiendes- No, tía, pero no importa, la siento tan incómoda que si quiere cambiemos de tema -Mejor… a ver de qué hablamos… ya sé ¿Tienes novia?- Actualmente no, tenía una novia pero la dejé porque era muy mojigata -Así me dice tu mamá y tu tía Mercedes, que soy mojigata ¿Qué es para ti ser mojigata? -Pues es una mujer a la que no le gusta el sexo, mi novia, por ejemplo, la primera vez que le toqué los pechos me dio una bofetada- Hizo bien, ustedes los hombres creen que tienen el derecho de toquetearla a una solo porque son sus novias, tu tío jamás me tocó hasta la luna de miel -Pero esos eran otro tiempos, igual me cuenta mi mamá, pero ahora las parejas tienen sexo antes de casarse y como mi ex no quiso, tuve que terminar con ella- Mal hecho, hubieras insistido, no creo que esa chica se hubiera resistido por mucho tiempo, tú eres un muchacho muy guapo ¡Y que conste que te lo digo como tu tía! ¿Te puedo hacer una pregunta íntima? -La que quiera, tía- ¿Eres virgen? Y soltó una carcajada -Por supuesto que no, perdí mi virginidad a los catorce, he estado con varias chicas, no es que sean muchas, pero ya he tenido mis experiencias- Otra pausa incómoda.

-Pues a decir verdad yo no me considero una mojigata, según tu definición, no lo soy- No le entiendo -Tú dijiste que una mujer mojigata es a la que no le gusta el sexo y a mí me gusta, que tu tío no me cumpla es otra cosa- Yo tampoco creo que lo sea, usted simplemente es una mujer mal amada -A ver, explícame eso- Sí tía, usted podría hacer feliz a cualquier hombre en la cama y ser feliz usted también, pero mi tío no sabe cómo hacerle el amor -¿Y cómo se hace eso? -En definitiva con mi tío está perdiendo el tiempo, él nunca la hará feliz, usted debería buscarse un hombre vigoroso que sepa cómo tratarla sexualmente y el día que ese hombre le regale un orgasmo, va a querer repetir todos los día -Ay Carlitos, una cosa es que te diga que me gusta el sexo, pero eso de todos los días sería como para una mujer ninfómana- No tía, el sexo es tan rico que uno quisiera hacerlo todos los días, tuve una novia que a veces lo hacíamos dos o tres veces al día- ¡Que bárbaro! Yo no aguantaría -Porque no lo ha probado, tía… ay, me dieron ganas de orinar ¿Me ayuda?- E hicimos la misma rutina de siempre, llegamos a la taza -Tía, ¿Me la puede sacar? Es que tengo miedo de caerme de nuevo- Ay Carlitos, las cosas que me pides… está bien. Traté de hacerlo, pero no encontraba los botones -Tía, mejor bájeme la pantaloneta- Lo hice y él pobre volvió a orinar fuera de la taza -Agárremela tía y apunte dentro de la taza- ¡Agárratela tú! -Es que me puedo caer- Con mi mano temblorosa, estiré dos dedos y le agarré la base del pene y apunté dentro de la taza, cuando terminó de orinar… -Gracias tía, sacúdamela, por favor- ¡Para qué! -Es que quedan gotitas y al sacudirla me queda limpia- Hice lo que me pidió y unas gotitas cayeron en mi mano, le subí la pantaloneta y lo llevé a su cama, cuando iba a mi habitación, chupé las gotitas de mi mano, no sé porque hice eso.

Al llegar a mi cuarto, me desnudé y me paré frente al espejo del armario destartalado que había en la habitación, vi mi cuerpo completo y me sorprendí al descubrir que mi sobrino tenía razón, tenía el mismo cuerpo de cuando era jovencita, pensé que quizá los hombres no se fijaban en mí por la manera en que me vestía, ropa floja, nada de escotes y menos enseñar mis piernas, lo único que no me gustó fue verme la pelambre que tenía cubriendo mi vagina, parecía barba crecida de hombre, tomé unas tijeras y logré recortarla bastante bien, tampoco sé porque lo hice… quizá tenía la remota esperanza de que Carlitos me viera desnuda… ¿Qué estaba pensando? De pronto sentí que algo húmedo tenía entre mis piernas, me toqué la vulva y tenía entre mis dedos un líquido viscoso, lo acerqué a mi nariz, no olía mal, lo probé y era saladito, era indiscutible que eran mis fluidos producto de mi excitación, me metí un dedito y estaba empapada, cerré los ojos e imaginé el pene delicioso de Carlitos, empecé a mover mi dedito dentro de las paredes de mi vagina e imaginaba que era el miembro de mi sobrino quien me estaba penetrando, aumente le velocidad y de pronto me sentí sucia, paré de tajo ¿Qué estaba haciendo?

A la hora de la cena: -Vicky ¿tú sabes qué es eso del mundo swinger?- No estoy segura pero tiene que ver con sexo ¿Tú sabes Carlos? -Sí mamá, son personas que comparten sexo con otras, fuera de la pareja, es decir, hay parejas que se intercambian a las esposas ¿Por qué lo pregunta Tía?- Porque hoy en mis redes sociales me mandaron una foto donde Mercedes está desnuda en medo de varios hombres y otra mujer, también desnudos -No puede ser Chata, si nuestra hermana no tiene pareja- Eso no tiene nada que ver, mamá, a esas mujeres se le llaman Unicornio, son chicas que buscan sexo sin tener pareja -Ay, Mercedes nos va a matar un día de estos de un infarto, borra la foto, Chata y espero que no nos visite- Ya la borré, Mercedes nos avergüenza, ya es una mujer mayor para andar en esos pasos, ¿no les conté que cuando vino a mi matrimonio, se le insinuó a mi marido? -No me extraña Chata, yo nunca supe que se le insinuara a mi difunto marido, pero no sería raro que lo hubiera intentado- Ojalá no venga a verte porque es capaz de enredar a Carlitos -Dios me libre, Chata, si me hermana intentara tan solo tocarle un dedo a mi niño, te juro que soy capaz de matarla- No te preocupes, mamá, ya soy un hombre y sería incapaz de acostarme con mi tía. Y Vicky se fue a dormir.

Luego de vernos intensamente -¿Oíste a tu mamá? Sería capaz de matar a su hermana con solo intentar que te tocara un dedo y…. yo ya te vi desnudo y hasta te agarré el pene, ay dios mío, que bochorno, por favor, nunca le vayas a contar nada a tu mamá, es capaz de matarme- No seas exagerada, tía Chata, ella sería incapaz de matar, lo dijo como un decir -No sé, estoy muy nerviosa, no sé qué hacer, yo no sé mentir, Vicky se va a dar cuenta de lo que hemos hecho- Tranquila tía, si no hemos hecho nada, usted solo me ayudó a bañarme y a orinar ¿Sabes qué? Creo que necesitas un trago -Tú sabes que no bebo- Pero esta es una ocasión extraordinaria, tómese un wiski conmigo, ya verá que eso la tranquilizará -¿Será? Bueno, pero solo uno- Fui por la botella y dos vasos -¿Con qué se mezcla este licor? -Yo lo tomo solo y debido a la situación, usted debería hacer lo mismo- Carlitos sirvió en los dos vasos, vi que lo tomó de un solo sorbo, al hacer lo mismo sentí un ardor en la garganta que apreté la nariz tratando que la molestia desapareciera, pero tuve una sensación de calorcito sabroso cuando recorrió mi esófago y llegó a mi estómago, esa bebida me hizo relajarme.

Pero Carlitos no contento con eso me sirvió otros dos, a esas alturas yo ya reía con descaro, como nunca lo había hecho, Carlitos me abrazaba y yo feliz, me dejaba, me quitaba el pelo de la cara y esa caricia me encantaba, me decía que me quería y yo le besaba la mano, estaba totalmente mareada, pero extrañamente me sentía libre como nunca lo había sentido, de pronto Carlitos me tocó los labios y yo abrí la boca y chupé su dedo, él me vio de manera extraña y sonrió, yo hice lo mismo, él también me chupó el dedo, en eso me volvió la cordura y saqué mi dedo de su boca y el suyo de la mía, Carlitos sirvió otro tragos y yo lo bebí de un solo sorbo -Bueno, Carlitos, yo creo que ya es hora de irnos a dormir- Dije arrastrando la lengua, ayudándonos mutuamente, nos pusimos de pie, entonces acercó su boca a la mía y me besó, yo abrí la boca y nuestras lenguas danzaron en la humedad de nuestra cavidad bucal, yo me colgué de su cuello y él pegó su cuerpo al mío y pude sentir su enorme erección, luego puso sus manos en mi trasero, yo sabía que eso no estaba bien, pero mi cuerpo prefirió dejarlo, en eso tomó mi mano y la dirigió a su pene, yo no tuve más que manosearlo, era una delicia sentir su enorme miembro por encima de su pantaloneta, pero él se lo sacó y pude sentir su miembro caliente cabecear en mi mano, como en un impulso, yo me hice para atrás y le dije que fuéramos a dormir.

Al llegar a su habitación, lo arropé, cuando le iba dar el beso de las buenas noches, me jaló del brazo y caí a su lado, él me cubrió con las sábanas y me abrazó de cucharita, intenté zafarme pero él es más fuerte que yo, después de batallar unos momentos perdí mis fuerzas y me rendí a sus deseos, él se pegó a mi trasero y pude sentir su miembro caliente en medio de mis glúteos, afortunadamente yo estaba vestida, pero él me subió el vestido y puso su pene entre mis piernas, empezó a moverse como si me estuviera haciendo el amor, yo sentía como esa barra de carne rozaba mi húmeda vagina, lo único que nos separaba era la tela delgada de mi calzón, no sé por qué, pero yo empecé a mover el trasero, él acarició mis pecho sobre mi vestido, torció mi cara y me volvió a besar, yo deliraba al sentir su lengua jugando con la mía, sus manos rozando mis pezones erectos y su pene intentando romper la tela de mi calzón, no sé qué hizo, pero de pronto sentí como su pene su hundía en mi abertura vaginal, fue tal el susto que me zafé como pude y al levantarme me caí y perdí el conocimiento. Al día siguiente, sentí que me sacudían, era Vicky: -¡Chata! ¿Qué haces durmiendo con mi hijo?-