Hoy conoceremos la vida de un Infante de España que Netflix no hace serie porque no le da pa un capítulo entero, hablamos de Alfonso Cristino Teresa Ángelo Francisco de Asís de Todos los Santos De Borbón y Borbón Tan Normal Tan Normal.
El pequeño Alfonso nació en Roma el 3 de octubre de 1941 porque la Familia Real estaba exiliada, una tradición familiar que inició el yayo Carlos IV.
Alfonso era el chico de Juan de Borbón, que lo que más le gustaba era el regalo del menú infantil del Burger King, y María de las Mercedes de Borbón, que lo que más le gustaba era que el Burger King vendiera cerveza a los padres.
Alfonso tenía 3 hermanos mayores: Pilar, Margarita y Juan Carlos, que se ve que se lió con lo del “síndrome de príncipe destronado” que son los celos normales de un hermano mayor cuando viene otro problemNIÑO a una familia trabajadora.
Con un añito y sus pantalones bombachos cortos el día más frío de invierno se mudó con toda la familia a Lausana, en Suiza, donde estaba exiliada su abuela Victoria Eugenia. En 1946, cuando Alfonso tenía 5 años, se volvieron a mudar y cogieron un Airbnb en Estoril, porque Don Juan decía que por lo menos le dejaran elegir el sitio pa exiliarse.
En el otoño de 1950 lo mandaron a estudiar a España con su hermano mayor “para que lo cuidara”. El internado estaba en el Palacio de Miramar en San Sebastián, que era donde veraneaba la Familia Real antes de que la II República les dijera a los Borbones que si querían veranear, se alquilaran un partidito en Chipiona como tor mundo.
Pero en el verano de 1954, cuando Alfonso tenía 14 años y su hermano Juan Carlos 16, el tutor de los niños le dijo al padre que Juan Carlos era un pa ná, que el listo era er chico.
En esta época Alfonso ya tenía tó la cara der padre, más carisma que Máximo Décimo Meridio y saludaba normal.
En 1956 Alfonso estaba terminando el BUP y Juan Carlos había empezado en la Academia Militar de Zaragoza, que menos mal que le cogió en esa época porque ahora se necesita una nota de corte de Selectividad de 12,26 y no sé yo…
Nuestro protagonista, sin embargo, iba a meterse al año siguiente, “haha”, en la Escuela Naval porque a él le encantaban los atrapasueños de conchita y el olor a marea baja.
Ese año, los hermanos se fueron a casa para pasar las vacaciones de Semana Santa, que ya se los podrían haber llevado a esquiar, los rascos. Así que el 29 de marzo de 1956, el Jueves Santo de esa Semana Santa, Alfonso se fue con su padre, al que estaba muy unido, al campo de Golf y ganó un torneo.
Don Juan estaba más orgulloso que la madre del que inventó la fregona. A Juan Carlos que era más torpón, lo dejaron mirar.
Como por la tarde empezó a llover, la madre les dio permiso pa jugar a la consola y los niños se pusieron a jugar al Call of Duty.
Por lo que sea, a las 8 de la tarde de ese día, Juan Carlos ya no tuvo que compartir más el mando de la Play, aunque ustedes siempre podrán recordar al pequeño Alfonso cada vez que alguien salude normal o les venga olor a marea baja.
El pequeño Alfonso nació en Roma el 3 de octubre de 1941 porque la Familia Real estaba exiliada, una tradición familiar que inició el yayo Carlos IV.
Alfonso era el chico de Juan de Borbón, que lo que más le gustaba era el regalo del menú infantil del Burger King, y María de las Mercedes de Borbón, que lo que más le gustaba era que el Burger King vendiera cerveza a los padres.
Alfonso tenía 3 hermanos mayores: Pilar, Margarita y Juan Carlos, que se ve que se lió con lo del “síndrome de príncipe destronado” que son los celos normales de un hermano mayor cuando viene otro problemNIÑO a una familia trabajadora.
Con un añito y sus pantalones bombachos cortos el día más frío de invierno se mudó con toda la familia a Lausana, en Suiza, donde estaba exiliada su abuela Victoria Eugenia. En 1946, cuando Alfonso tenía 5 años, se volvieron a mudar y cogieron un Airbnb en Estoril, porque Don Juan decía que por lo menos le dejaran elegir el sitio pa exiliarse.
En el otoño de 1950 lo mandaron a estudiar a España con su hermano mayor “para que lo cuidara”. El internado estaba en el Palacio de Miramar en San Sebastián, que era donde veraneaba la Familia Real antes de que la II República les dijera a los Borbones que si querían veranear, se alquilaran un partidito en Chipiona como tor mundo.
Pero en el verano de 1954, cuando Alfonso tenía 14 años y su hermano Juan Carlos 16, el tutor de los niños le dijo al padre que Juan Carlos era un pa ná, que el listo era er chico.
En esta época Alfonso ya tenía tó la cara der padre, más carisma que Máximo Décimo Meridio y saludaba normal.
En 1956 Alfonso estaba terminando el BUP y Juan Carlos había empezado en la Academia Militar de Zaragoza, que menos mal que le cogió en esa época porque ahora se necesita una nota de corte de Selectividad de 12,26 y no sé yo…
Nuestro protagonista, sin embargo, iba a meterse al año siguiente, “haha”, en la Escuela Naval porque a él le encantaban los atrapasueños de conchita y el olor a marea baja.
Ese año, los hermanos se fueron a casa para pasar las vacaciones de Semana Santa, que ya se los podrían haber llevado a esquiar, los rascos. Así que el 29 de marzo de 1956, el Jueves Santo de esa Semana Santa, Alfonso se fue con su padre, al que estaba muy unido, al campo de Golf y ganó un torneo.
Don Juan estaba más orgulloso que la madre del que inventó la fregona. A Juan Carlos que era más torpón, lo dejaron mirar.
Como por la tarde empezó a llover, la madre les dio permiso pa jugar a la consola y los niños se pusieron a jugar al Call of Duty.
Por lo que sea, a las 8 de la tarde de ese día, Juan Carlos ya no tuvo que compartir más el mando de la Play, aunque ustedes siempre podrán recordar al pequeño Alfonso cada vez que alguien salude normal o les venga olor a marea baja.