Mar 05 2025 1 mins 43
El circuito homeostático, situado en la región hipotalámica del cerebro, funciona como una balanza que equilibra la energía que obtenemos por la ingesta de comida con nuestro gasto energético. Si la ingesta fuera siempre homeostática, no se darían las importantes tasas de obesidad que se observan en las sociedades occidentales. Pero la continua disponibilidad de alimentos ricos en grasas y azúcares facilita que comamos mucho más de lo que necesitamos, pasando de una ingesta homeostática a una ingesta hedónica, controlada por el circuito cerebral de la recompensa.
Beatriz Carrillo, profesora de Psicobiología en la UNED